viernes, 11 de abril de 2014

La delgada linea del destino..

Uno mismo, día a día, hora a hora, minuto a minuto.. Planea su vida, vive momentos, cosas.. hace, se corrige, vuelve a hacer, gana, pierde, se desploma, se levanta.. rie, llora.. recuerda, intenta olvidar.. y vuelve a recordar. Tengo razones para decir que el destino no existe... físicamente, no existe.. es solo un aspecto anímico, solo una sensación, un pequeño o gigante sentimiento que vivimos todos los días. Nadie jamás va a conocer el destino antes de que llegue, a duras penas, predicciones quizás se acerquen a lo que vamos a poder ver, vivir, sentir.. pero el destino, ese que no existe pero sabemos que algún día llegara.. ese futuro, es incontrolable. Muchos quizás lo intenten, luchar sin parar cada momento que dependa de ello, hasta lograr el equilibrio.. pero aun en el equilibrio, cada persona en cada momento, es un mundo.. un gran mundo igual en momentos y diferente en otros.. La mente de una persona es lo único que la va a mantener en libertad.. Quizás no sea claro a donde es que yo quiero llegar, pero como comencé mi viaje hace un tiempo y como lo viví hasta el día de hoy.. en mi corta sabiduría, no me gustaría que otras personas vivan lo que viví. El destino, ese que algunos pensamos mucho o poco, en el proyectamos y planeamos, es una delgada línea.. podemos caminar sobre ella, haciendo equilibrio, pero asumiendo el riesgo de salirnos de ella, o si estamos muy alto caer y volver a empezar; Pero también se puede desgarrar, todo en cuestión de segundos, tan solo un momento se puede terminar.. Sin razones muchas veces, ni siquiera un porque.. solo rompernos.. respirar, levantarnos y volvernos a armar.. Como soportar?.. asumiendo las consecuencias, aunque no siempre toda causa tiene un porque, quizás el "porque" exista solo para una parte de la situación, la incógnita seguirá viva para siempre, por que no fue lo que nosotros quisimos, si no fue lo que el destino marco.. La unica cosa en todo el universo que el ser humano jamás podrá superar, serán siempre, sus propios pensamientos.. Solo queda luchar ante el inexistente destino, día a día.. a todo momento, no sabemos que cuando puede quitarnos el lápiz y el cuaderno y escribir por nosotros.. quizás, sin que jamás averigüemos la razón.. Luchar sin abandonar los ideales.. sin abandonar lo que verdaderamente importa.. por que en ese momento, en el que la delgada línea del destino este en riesgo, nuestra conciencia estará en juego.. Que hice mal, que no hice bien.. Como sucedió lo que sucedió, por que no pude arreglarlo, como no pude escapar cuando todo se derrumbo.. Fácilmente puedo decir, y sin pudor.. lo que siento dentro mío.. Yo viví, sentí como nunca había sentido.. creí una verdad, creía en casi todo lo que prometía.. Ahora, hasta a llegue a dudar de mi misma conciencia.. El destino.. un aspecto de la vida.. Te enseña, te corrige, te golpea, te levanta, te encierra, te enloquece, te libera, te emociona.. te destruye, te compone.. te motiva, te desgana.. Te demuestra.. y desvalora.. El destino es un fantasma, al fondo del pasillo.. esperando mostrarse antes de apagar la última luz.. que vigila nuestros pasos.. el destino es la mayor odisea que el ser humano.. pueda llegar a vivir.

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