Llevo cosas en mi, que viven mas ocultas que cualquier piedra que yace en el fondo del mar.
A veces me alejo de mi mundo solo por un rato, y contemplo lo que hasta ahora suponía que quería ser.
En cada paso, mi alma se fue curtiendo, dejando vestigios sobre el camino, miles de retazos que sobraron y a veces partes de mi que se desprendieron, que solté, que no quise contener.
Cada dia me fui conociendo a mi mismo en la tempestad, yo.. el que habia creído conocerse en lo peor de si.
Quise escaparme de mi por un rato, para lograr ver, lograr comprender que era.
No lo supe jamás, por que cuando algo andaba mal seguía intentando, como tan solo en cuestión de segundos veía miles de cosas frente a mi y el arrepentimiento jamás aparecía.
Con las antorchas apagadas caminé, con pasos ciegos consciente merodié, sabiendo que si las luces extinguía.. la oscuridad de mí se apoderaría.
Pero en el camino mis pasos fueron escuchados, y hacia mí,
encendiendo todo a su paso,
lo inesperado se acercaría.
Y aquel fue el problema, por que logre ver lo precioso de esta vida, que sería..
no cumplirla, no abrazarla, no vivirla..
no saludarla, no despedirla..
Que aquello era y siempre sería,
lo que el sueño me quitaría,
que sin poder evitarlo, la sonrisa me robaría..
Lo que en cada lagrima, imperdonable surgiría.
Existen miles de versiones de esta vida, y de muchas otras mas, cada día, todo cambia.. las personas, las voces, las miradas y los pensamientos, pero lo único que importa de todo esto, es aprender de cada paso y ser cada día una mejor versión de nosotros mismos.
lunes, 25 de julio de 2016
Solo por un rato.
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